Conversaciones

Entrando por la vereda que lleva al porche, lo vi sentado en su mecedora. Estaba esperándome con su gran sonrisa.

Me senté a sus pies, en el último de los escalones y él me puso su mano llena de manchas y arrugas en mi hombro. No dijimos nada. Tan sólo contemplamos el atardecer y el sonido de los grillos y ranas.

Un cachorro saltaba juguetón, haciendo piruetas alrededor de un pollito blanco y amarillo que revoloteaba, montándose unas veces y desmontándose otras del lomo del pequeño can.

Mi bisabuelo suspiró y dijo con voz arrulladora y dulce:

-¿Ves a esos dos amigos? Juegan despreocupadamente, sin importarles si uno es perro y el otro es gallina. No piensan en qué serán de grandes, ni cuáles serán sus responsabilidades. Son dos pequeños que se ven como iguales. Tan sólo viven el momento. Sin embargo, más distintos no pueden llegar a ser.

Volví mi mirada hacia él para encontrarme con sus ojos grises, pero no dije nada.

-Cuando crezcan, ¿qué crees que ocurrirá?

-El perro será perro y el pollito será gallina – contesté.

Mi bisabuelo no dijo nada por un largo tiempo, y los sonidos del atardecer nos envolvieron nuevamente. Las luciérnagas aparecían tímidamente más allá de la cerca, y la cálida brisa azotó las ramas de los árboles.

-Cuando crezcan, la gallina se ocupará de poner huevos todos los días, a la misma hora, en el mismo lugar, para luego, y si se le permite, criar nuevos pollitos que a su debido momento harán lo mismo a lo largo de sus vidas. Sin embargo, con el perro es otra historia.

En ese momento el viento nos arropó e hizo caer hojas verdes y amarillas a nuestros pies.

Mi bisabuelo volvió a suspirar y continuó arrullándome con su voz profunda:

-Este cachorro será leal y fiel a su deber de cuidar esta casa y a los suyos, incluyendo a la gallina, pero seguirá siendo juguetón como un cachorro, alegre por el más mínimo gesto de cariño que reciba, o simplemente por verte. Será agradecido y te colmará de felicidad todos los días de su vida.

»Ahora te pregunto, ¿cómo quieres ser cuando crezcas? ¿Como el cachorro o como el pollito?

Al momento en que iba a responderle, desperté. Pero nunca olvidaré la respuesta a su pregunta…