Ahora sé
He visto mi vida desde una posición privilegiada. Ni las aves ni las nubes me han sido negadas.
Al contemplarla me he hecho preguntas, pero no desespero en hallar las respuestas porque a su debido tiempo las he de alcanzar.
¿Irónico? Tal vez.
Me dicen que pierdo el tiempo al estar buscando respuestas y que debo aceptar lo que siempre nos fue enseñado, pero estoy tan presente en cada respiro que, tal vez, al no seguirles el juego, me sienta liberada.
No me es dado decidir si mi vida verá todas las estaciones, pero si sé que nací con la fuerza de la primavera, crecí con el calor del verano, envejezco con la pasión del otoño y me iré con el soplo del frío invierno.
Pero siendo frágil como soy, he aprendido que hasta el árbol más poderoso que afirma sus raíces y esparce su copa elevándose hasta lo alto, caerá como yo lo estaré haciendo en su debido momento, y es por eso que me aferro sólo lo necesario para ser mecida por los avatares que me moldean y dan sentido.
¡Ahí viene! Oigo el viento llegar…
No puedes decir que soy una viajera. ¡Nada más lejos!
Soy una buscadora que aprende todo lo que ha de saber en esta vida, y como ese gigante árbol del que pronto me dejaré de aferrar, él también caerá, y como yo en sus raíces descansará.
He visto mi vida desde una posición privilegiada. Ahora sé…
Mucho es dado y mucho es tomado cuando uno se esfuerza, busca y encuentra sin doblegar.
Las respuestas a la vida no siempre llegarán con claridad. No siempre la luna ilumina nuestro camino en las noches.
Abraza cada momento y sé tú quien de sentido a tu vida porque no hay una única respuesta universal. Cada uno deberá crear su propia trama, su propia historia.
La naturaleza no mira con desdén a quienes viven por sólo un día pero sí derrama su totalidad, su propio ser, en cada momento, como lo hace un niño en su día a día sin pensar en qué ocurrirá o en que fue.
¿Acaso dejamos de apreciar las flores porque no han sido hechas de piedra para que perduren por siempre?
En mi búsqueda hallé que el regalo de la vida está en su fluir. Déjate alcanzar por ella o será muy tarde, y de nada te servirá preguntarte dónde está esa canción que ya fue cantada o el baile que ya fue bailado.
He visto mi vida desde una posición privilegiada. Ahora sé que no podemos apropiarnos del futuro.
¡Ahí viene! Oigo el viento llegar…
He visto mi vida como las aves y las nubes. Ahora sé que hasta el final seré…
Y cuando caiga sintiendo por última vez la brisa, descansaré en las raíces de este grandioso árbol que es la vida, sabiendo que al fin llegué…